top of page

La colección Matrística se ha constituido a partir de las sincronicidades de tres vidas e inquietudes artísticas de mujeres que coincidieron en la ciudad de Madrid. El punto de partida ha sido la integración de las simientes femenina y masculina. En este devenir, el sentido es reconstruir y compartirse a través del arte.

Desde abril de 2016, Colectivo de Arte III ha realizado tres obras, de las cuales dos se han presentado en espacios de España y Latinoamérica:

 

Autoras: Daniella Zanellato, Mirna Sanchez y Krysia Howard

Matrística I

 

Serie fotográfica realizada en Madrid, participó en la Exposición: enREDada " ARTE y JUSTICIA SOCIAL & quot;, organizado por Juanjo García Arnao y Ángeles Saura, Sede: 36: Madrid, España (abril/16).

 

El título de la obra se inspira en conceptos que surgen de lo opuesto para encontrarse en un punto de confluencia; de la separación a la integración, del desequilibrio al equilibrio, de la psique a lo corporal, de lo interno a lo externo, de lo individual a lo colectivo. Los símbolos parten del círculo, que de acuerdo con Jung (1968) señala todos los aspectos más vitales de la vida, como lo es la integración; incluyendo las relaciones del ser con toda la naturaleza. Las plantas medicinales: salvia, manzanilla y caléndula como medios de sanación, valorando de esta manera nuestra búsqueda de lo femenino, un espacio cóncavo, un cuenco que recibe, que arropa, que posibilita nuevas vías para la equidad y la igualdad en todos los individuos, construyendo así un espacio matrístico.

 

El ser femenino, en la búsqueda de sanación e integración con lo masculino, inicia su viaje desde el mundo onírico, tomando intuitivamente, elementos que la acompañarán en este viaje. Los cuencos de barro evocan la tierra fértil a la que pertenecemos, la que moldea todos los caminos. Cuerpo y alma trasmutan a través de las flores de caléndula, manzanilla y las hojas de salvia, bañadas con el rocío de las partículas de oro. Recordatorios para la restauración de la vida.

 

9 fotos.jpg

Matrística II Instalación realizada en Madrid participará en el XXI Encuentro Internacional –XVII Encuentro Iberoamericano de Mujeres en el Arte México – Chile- Estados Unidos 2017; en Ciudad de México, México (marzo/17).

 

Se gestó a raíz de la serie fotográfica cuyo sentido se fincó en la repetición, construcción y deconstrucción para crear nuevos sentidos, un archipiélago de percepciones ante lo que se va viviendo. Matrística II se inspira en significaciones y expresiones que surgen de lo opuesto para llegar a puntos de confluencia, de la separación a la integración, del desequilibrio al equilibrio, de la psique a lo corporal, de lo interno a lo externo, de lo individual a lo colectivo. La fusión entre lo femenino con lo masculino en los individuos. El punto de partida de la obra es el círculo, como expresión de la unidad que se cierra sobre sí mismo, inicio y cierre de los ciclos de la vida; la relación entre el cielo y la tierra, lo espiritual con lo material.

 

Las plantas medicinales: salvia, manzanilla y caléndula son los medios de sanación, por ello, la constitución de éstas, en forma de flor, es la evocación arquetípica del alma, recordar que ante todo debe estar presente el goce por la vida. Por último, la concha hecha de barro es el símbolo del agua, de la luna, y de la diosa del amor; cuyo interior se transforma a través del fuego en esencia, la materia del incienso se eleva para invocar el poder invisible, tocar el corazón del ser humano para reconectarse con la naturaleza y el Universo. Humberto Maturana menciona en Amor y Juego (2003) que los habitantes del pueblo matriztico de Europa, entre 7.000 y 5.000 A/C, “vivían penetrados del dinamismo armónico de la naturaleza evocado y venerado bajo la forma de una diosa, y que usaban el crecimiento y decrecimiento de la luna, la metamorfosis de los insectos, y las diferentes formas del vivir de las plantas y de los animales no para representar las características de la diosa como un ser personal, sino que para evocar esa armonía, aunque toda la naturaleza debe haber sido para ellos un continuo recordatorio de que todos los aspectos de su propio vivir compartían su presencia, y estaban así preñados de sacralidad.”

 

Matrística III, performance realizado en Valencia, España, participó en el Congreso Internacional de Arte/Educación; en Recife, Brasil (julio/16)


Hay un paisaje en movimiento donde se mezclan aromas de los recuerdos, se honra la memoria de lo ancestral y se presagia el paradero de los tesoros a encontrar. Los encuentros confluyen y se entremezclan sincrónicamente para las despedidas. Nada es estático, nada es definitivo, como las olas. Las historias se diseminan y luego brotan como las semillas de las flores, las vivencias se mueven como la pleamar cuya fuerza las impele para llevarse, lo que haya que llevar, al lecho marino.

 

El agua, el viento y la tierra son agentes transitivos y mediadores entre la vida y la muerte; fuentes de la vida y el final de la misma. Tres mujeres vuelven a la mar, ataviadas en ropajes de color negro y ofrendas en mano, para tomar a la madre y renacer en su vientre marino; recordándose que la realidad de la muerte provoca el goce a la vida. Soltar para crearse a partir de ello. Todo final es el principio de algo nuevo y todo principio va a tener un nuevo final en el que podemos influir. La tierra fértil que da vida a todo lo que está sembrado también tiene el color de la muerte. Y, al viajar a las profundidades, también tiene la promesa de que se sabrá algo que no sabíamos antes, la promesa de que la sabiduría llegará. El inconsciente emerge para ayudar a fortalecernos y desarrollarnos a través de la reconexión con los elementos y el Universo.

© 2024 por Krysia Jojo Howard. 

  • Instagram
bottom of page